Hoy
te vi de nuevo en la parada de los deseos, tu no lograste verme...aún no nacía,
aún no...
Con
no poca certeza puedo decirte que existe un algo tras la nada, y tras ese algo,
se esconde un todo que me haría morir nuevamente, y vivir hasta la muerte.
Como
ya te dije en mis peores sueños, no me conoces, ni te conozco, ni me
conozco...quizás solo me ubico.
¿Y
sabes dónde estoy ahora?
Estoy
justamente alojando mi lengua en el lóbulo izquierdo de tu inconsciencia, justo
donde comienza tu locura, y tu silencio humedece a gritos mi alma, como si
fuera un concierto de gemidos...como si fuese un montaje griego, en el lugar
más sutil de tu cuerpo, justo ahí es
donde me encuentro.
Tu
presencia lúgubre trastorna mi aliento, derrite mis pechos, adormece mis
brazos, me dispara a lo eterno.
No
me busques...yo te encuentro.
No
me veas...ya no existo.
No
me llames...hoy me pierdo.
Pero
antes, mejor cántale este desconocido soneto
a nuestro eterno silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario